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Dirigir una empresa es un trabajo duro. Hay muchas cosas en las que pensar, desde el marketing y las ventas hasta el desarrollo de productos y los recursos humanos. No es de extrañar que muchas empresas cometan errores. Pero, con un poco de organización y previsión, puedes evitar los errores más comunes que cometen las empresas. En este artículo, vamos a exponer los errores más comunes, y te daremos algunos consejos para evitarlos.
No tener visión.
Las empresas de éxito tienen una visión o una imagen clara del propósito y la misión de su negocio. Tu visión sirve de hoja de ruta para ayudarte a ver dónde estás hoy en relación con dónde quieres estar mañana.
Tu plan de negocio sirve como mecanismo que te ayudará a salvar la distancia. Cuando no tienes una visión clara de por qué estás en el negocio o hacia dónde pretendes llevarlo, es como hacer un viaje por carretera sin un mapa. Cuando no sabes a dónde vas, perderás mucho tiempo, dinero y energía tratando de encontrar el camino correcto que te lleve a tu destino. Una visión bien definida te ayudará a mantenerte centrado y en el camino.
No hay nicho.
Una de las razones más comunes del fracaso empresarial es tener un nicho mal definido. Un nicho puede referirse a un mercado objetivo o a un área de especialización. Cuando las empresas no se dirigen a un grupo específico de consumidores, corren el riesgo de no ser atractivas para nadie.
Tal vez tenga su fundamento en el dicho: «No se puede complacer a todo el mundo». Cuanto más estrechamente comercialices tu negocio, más posibilidades tendrás de generar nuevos negocios. Comercialízate como experto en una especialidad, mientras te muestras a un mercado estrecho al que puedas beneficiar más.
No tienes un plan de negocio.
Tu plan de negocio es tu estrategia. Incluye muchos elementos importantes, como la definición de tu nicho de negocio y tu mercado objetivo, tu plan de marketing, las previsiones financieras, la dotación de personal, las inversiones, así como las ventajas y características de tus productos y servicios.
Volviendo a la visión de tu negocio, es tu plan de empresa el que proporciona las estrategias para pasar de donde estás hoy a donde quieres estar en el futuro. Si no tienes un plan de negocio que seguir, tus posibilidades de alcanzar el éxito disminuyen considerablemente. Los planes tienen una forma de convertirse en realidad. Elabora tu plan con cuidado y utilízalo para guiar tu progreso hacia adelante.
No tienes un plan de mercadeo.
Un plan de mercadeo describe los pasos que pretendes dar para vender tu producto o servicio. Como uno de los componentes del plan de negocio general, identifica tu nicho, los beneficios de tu producto o servicio, las estrategias que emplearás para llegar a tu mercado objetivo, así como cuánto piensas gastar.
El marketing es fundamental para el éxito de tu empresa. Sin él, no tendrás clientes ni clientas. Por eso, es fundamental que dediques un esfuerzo extra a desarrollarlo.
No actuar.
Actuar es la base del progreso. Sin ella, no tendrás clientes y, en última instancia, no tendrás negocio. A veces los empresarios se quedan atrapados en el proceso y no son capaces de tomar decisiones. Otras veces sufren por ser perfeccionistas y no ponen en práctica las ideas porque creen que no son lo suficientemente buenas. Cualquier cosa que te impida avanzar te llevará por el camino del fracaso.
Hasta que no se toman decisiones, el flujo se detiene y eso suele significar que tu negocio también está bloqueado. Hasta que no pongas tus productos o servicios ahí fuera, nunca vas a conseguir ventas. Es mejor pasar a la acción, arriesgándote a un resultado que quizá no desees, que detenerte y estancarte.
No hay un programa de atención al cliente.
Estás en el negocio sólo porque tienes clientes. Para conseguir negocios y mantenerlos, es importante tener un programa de atención al cliente. Un programa puede incluir cualquier cosa, desde los métodos que utilizas para conseguir nuevos clientes, hasta cómo les atiendes una vez que son tus clientes.
Incluye visitas o llamadas de seguimiento, proporcionarles información sobre los productos y servicios actuales o nuevos y, lo más importante, un servicio amable, cortés y rápido cuando tengan un problema o una cuestión. Es caro conseguir nuevos clientes. Es mejor y más fácil retener a los que tienes empleando un excelente programa de atención al cliente.
No hay socios estratégicos.
Los empresarios de éxito no van solos. Se asocian, colaboran y crean redes con otras personas de gran éxito y excepcionales. Asociarse con otros es una forma de ampliar rápidamente el alcance de tu propio negocio. Hay una maravillosa sinergia que surge al hacer cosas con otros. Hay más ideas, más conocimientos y más recursos para crear productos y servicios. Aunque puedes tener éxito por tu cuenta, puedes hacer más y más rápido cuando trabajas con otros.
No hay formas de controlar el progreso.
No puedes gestionar lo que no puedes controlar o medir. Toda empresa necesita identificar sus factores clave de éxito. Puede ser el número de productos vendidos, el número de horas de servicio prestadas, el número de inscripciones generadas por una campaña de correo electrónico, o incluso la percepción de tu negocio en la comunidad local.
La única forma de mejorar tu negocio y alcanzar el éxito que deseas, es midiendo los resultados de tus acciones. Podrás identificar lo que está funcionando y también dónde están las carencias. Puedes utilizar cualquier método, como las listas de comprobación del funcionamiento interno, las encuestas a los clientes e incluso las revisiones de los compañeros, es decir, los comentarios de tus socios aliados o de la competencia. Esta valiosa información será muy útil para reorientar tus esfuerzos empresariales en la dirección que maximice el éxito.
No hay un enfoque profesional.
Las empresas de éxito desarrollan sistemas para tratar todos los aspectos de las operaciones comerciales. Ya sea un sistema para comercializar productos o servicios, o un sistema para tratar los pedidos o las quejas de los clientes, las políticas y los procedimientos sirven para que el negocio funcione mejor.
Tus sistemas cultivarán en los corazones y las mentes de los clientes potenciales y actuales una sensación de confianza en que se les tratará de forma coherente y profesional.
No te comprometas a aprender.
No hay lugar para la complacencia cuando se trata de ser empresario. Los empresarios de éxito buscan constantemente nuevas y mejores formas de conseguir clientes, así como de atender a los que ya tienen.
Están al tanto de las últimas tendencias e ideas para poder crear productos y servicios que sirvan mejor a las necesidades cambiantes de su mercado objetivo. Aprenden y aplican procesos que aumentan la eficacia de sus operaciones diarias. Al comprometerte a aprender y a poner en práctica lo que aprendes, te estás comprometiendo con el éxito en todas las partes de tu negocio.
No hay seguimiento.
Los empresarios que no hacen un seguimiento de sus clientes son percibidos como desatentos, poco atentos y poco profesionales. La falta de seguimiento es una forma segura de perder clientes y de asegurarse de que no te remitirán ninguno nuevo.
Ya sea devolviendo las llamadas telefónicas, haciendo un seguimiento de los correos electrónicos o entregando un producto o servicio al cliente tal y como se ha prometido, asegúrate de realizar estas tareas.
El seguimiento es fundamental para crear grandes relaciones con los clientes a largo plazo. No sólo demuestra que respetas a tus clientes, sino que es una norma de excelencia entre los profesionales de los negocios.
No hay coherencia.
La constancia en la acción es uno de los hábitos más importantes que debes cultivar si realmente deseas el éxito empresarial. En primer lugar, debes comprometerte a largo plazo: que te llevará tiempo construir tu negocio. Pero, lo que es más importante, debes comprometerte a emprender una acción constante: dar los pasos necesarios para comercializarte con regularidad.
La única forma de que te escuchen por encima del «ruido» de otros miles de mensajes de marketing es que los clientes potenciales te vean y oigan hablar de ti con regularidad. Cada día, comprométete a realizar una acción que aumente tu visibilidad o credibilidad. Te sorprenderá lo rápido que estos pequeños pasos se convierten en éxitos mucho mayores.
No estar dispuesto a pedir la venta.
Sin ventas, no tendrás negocio. No importa lo hábil que seas en la gestión de las operaciones diarias del negocio, si no vendes tus productos o servicios, no tendrás que preocuparte de llevar un negocio durante mucho tiempo. Todos los esfuerzos de marketing del mundo no crearán clientes que llamen a tu puerta para comprarte.
Tu esfuerzo de marketing debe ir más allá de las actividades programadas regularmente en tu calendario de marketing. Tener confianza en lo que vendes, ser hábil para transmitir las ventajas y las características, y gestionar las objeciones, son la clave para conseguir ventas. Sin embargo, la acción más importante es simplemente pedir la venta.